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  • Foto del escritorSantiago Maza

A QUIÉN LE IMPORTA

Álbum: Thalía

Música: Thalía

Año: 2002



¿A quién le importa lo que yo haga? ¿A quién le importa lo que yo diga? Yo soy así, y así seguiré…


Yo entiendo esta canción de dos maneras distintas: o es una persona empoderada e independiente… o es una persona pidiendo ayuda. Pienso que Thalía busca decir lo primero, pero en el fondo creo que todos buscamos lo segundo. Y la respuesta firme y convincente —la roca donde podemos cimentar nuestro edificio— es clara: a Dios le importa todo lo que haces y todo lo que tu digas, porque a Dios le importas tú.


La gente me señala, me apunta con el dedo, susurra a mis espaldas y a mi me importa un bledo. Que mas me da…


Somos seres humanos y vivimos en sociedad. Siempre seremos vistos y criticados por los demás. No nos podemos dejar llevar por lo que digan de nosotros… ni los insultos ni los halagos deberían de servirnos como brújula. ¿Qué más nos da lo que digan los demás? La brújula, vale la pena recordarlo, es una: Dios. ¡Su opinión es la única importante! Y aquí la canción, en mi opinión, se tropieza: No soy de nadie, no tengo dueño… ¡Somos —y ojalá queramos seguir siendo— de Dios!


Somos de Dios queramos reconocerlo o no. Y no solo nos creó, sino que da alguna manera nos predestinó: nos creó para que lleguemos al cielo a estar con Él para siempre. En términos reales no podemos decir que nos haya predestinado, pues no nos obliga a llegar al Cielo, pero al crearnos sí puso clara la meta: la felicidad más grande que podemos alcanzar. No sólo somos de Dios, también somos ¡para Dios! Y en ese sentido: Mi destino es el que yo decido, el que yo elijo para mi… ¡claro! Dios nos pone el cielo en una charola de plata, pero cada quien elige aceptarlo o no. En ese sentido, cada quien elige su propio destino… pero ojo, porque la felicidad plena solo se encuentra en esa charola de plata que Dios nos ofrece.


Y volvemos a la pregunta: ¿a quién le importa lo que yo haga?


En primer lugar a Dios. Se muere de ganas de que hagas el bien, para que así seas muy feliz. Tan le importa, que murió por ti en la cruz.


En segundo lugar a ti. Seremos juzgados en el amor “práctico”, no “teórico”… obras son amores, y no buenas razones. Tu amor, manifestado en acciones, te define.


En tercer lugar a todos nosotros. ¡Todos queremos que el Cielo esté lleno de gente! Nadie imagina un Cielo vacío, sino uno lleno de amigos. Y también a nosotros ahorita, pues todos queremos vivir más felices en la tierra, en un mundo mejor y con gente preocupada por los demás. ¿O alguien preferiría un mundo lleno de gente egoísta?


Quizá la culpa es mía por no seguir la norma… ya es demasiado tarde para cambiar ahora…


¡Claro que es nuestra culpa! Realmente somos libres y eso necesariamente nos hace responsables de nuestras acciones. Pero no se trata de seguir “la norma” sino a una persona. No se trata de ser cumplidores de la ley, sino enamorados de Jesús. Y para eso, gracias a Dios, ¡nunca es tarde! Dios siempre nos espera con los brazos abiertos como el papá de la parábola del hijo pródigo: listo para el abrazo de regreso a casa.


Y ahora sí, en casa, sabiéndonos muy hijos de Dios: me mantendré firme en mis convicciones… Vivir coherentemente la fe cristiana a veces es difícil. Que nadie te diga lo contrario. El cristianismo no es complicado, es difícil —es cruz—, pero es una cruz que vale toda la pena del mundo.


Mi destino es el que yo decido. Eso está claro. El que yo elijo para mi. También estamos de acuerdo… Justo por eso, ¡ojalá escojamos ser felices para siempre! Yo soy así, y así seguiré, ¡nunca cambiaré!

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